Infierno
Armar un Infierno
Mauricio nos ha propuesto instalar Infierno en la galería. Esto supondría un trabajo por lo menos, sugerente (particularmente aquí en Valparaíso).
Infierno es una sola fotografía, en rigor, un ambrotipo, que forma parte de la serie Impius. Su metodología de trabajo la reconocemos. La ha venido desarrollando en el tiempo, instando la participación colectiva como relato, donde todos los convocados entran en la escena. Hay diálogo, y en este caso, acuerdos en torno a visiones posibles del infierno.
Al recorrer la imagen, percibimos esta colectividad, una masa de cuerpos que llenan el plano, la saturación anula cualquier atisbo de profundidad o esquema espacial para la representación de lo divino. Acá se anula el lugar, el infierno son los cuerpos, son las acciones. Vemos un infierno común, entran los terneados, los de antaño, las del barrio y unos y otras que posan desafiantes, otros con relajo. Estamos frente a un infierno democrático, más inclusivo por fin, uno en donde entramos todos.
¿Maneras de acceder a este infierno? El autor ha preparado la entrada, una menos pomposa que las habituales en el régimen galerístico museal. Aquí se pueden esquivar los dispositivos de mediación tercerizados de la institucionalidad cultural. En este caso, nos enfrentamos a una didáctica que él ha inventado, bocetos, algunos dibujos quizás, un mapa hecho a mano, ya que no quiere omisiones ni esquemas reductivos y convenientes del mensaje .