He escuchado a personas narrar como tuvieron una conexión con algún lugar determinado, cómo al pararse bajo una cascada se sintieron parte de la roca y del agua.

Diversas culturas plantean que la naturaleza está viva y, que por tanto, como seres vivos podemos interactuar y vincularnos con ella.

Creo que es verdad, pero requiere ver el mundo con otros ojos y poder observar, tocar y, principalmente, estar en una actitud de contemplación. Actitud que con el tiempo se aleja cada vez más de nuestros hábitos rutinarios.

Quise buscar esta conexión. Llevarla a una serie de fotografías que combinaran mi cuerpo con lugares del Valle de Elqui. El resultado fue lo esperado en aquel momento.

Retratos de una persona en -lo que podemos llamar- una naturaleza prístina.

Me sentí satisfecho y creí que mi tarea de vinculación había sido concretada con éxito. Pero con el tiempo, de vuelta en la ciudad, otra perspectiva se manifestó. Vi mi idea de entrar en lo natural para hacerme parte de ello.

Tiempo atrás, existía un bosque.

En un momento determinado una especie llamada Homo Sapiens removió la foresta alzando sobre sus restos una ciudad de concreto.

Soy un humano más.

Donde antes habían verdes árboles, ahora hay jardines y parques. Donde habían ríos, hoy hay piletas. Donde las noches fueron iluminadas por estrellas, hoy brillan luces y faroles.

Esto es conocido como efecto antrópico: la naturaleza incontrolable del humano de intervenir en lo que lo rodea.

Vi mi idea de entrar en lo natural para hacerme parte de ello, más me di cuenta que lo único que hice fue ser percibido como algo fuera de lugar, tal como mis antepasados lo han sido desde hace siglos.

Ahí mi naturaleza entró en juego e hice lo que nuestra especie sabe hacer mejor: tomar una fotografía que simplemente existía y volverla un producto intervenido, haciendo de los últimos vestigios de la naturaleza original de la imagen, algo artificial e influenciado.

Queremos hacer.

Hemos olvidado lo que es dejar que las cosas sean.

Por Diego León De La Barra-Diplomado Fotografía Artística 2018