Capturar un objetivo visual y multiplicarlo en secuencias, es el resultado de la conceptualización gráfica del viaje al Valle del Elqui, una visión parcial y específica, de una imagen: distorsionada mediante la prismografía, deconstruida para su exhibición.

Cada deconstrucción prismográfica comienza con el objeto capturado y transcurre hacia la acentuación de la imagen observada a través del prisma, resaltando colores, formas y líneas claras del entorno abstraído.

Su tratamiento pasa por la división en graduaciones ordenadas de lo cercano (objetivo) a lo profundo (imagen prismatizada) para terminar recreando un nueva imagen.

El espectador diferenciará lo enfocado del resultado obtenido, y podrá apreciar el proceso en que deconstruyo lo que veo y conozco, para crear formas genuinas de abstracción, una nueva realidad elaborada con un lenguaje visual autónomo.